Este artículo fue realizado por Psic. Elizabeth Calderón García, quien forma parte del Equipo Médico de la Torre de Especialidades Médicas de Hospital Multimédica Norte. 

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece el 13 de enero como el día contra la depresión.

Este padecimiento ocupa a más de 10 millones de mexicanos y se ubica entre las principales causas de pérdida en calidad de vida, ausentismo laboral y disminución de la productividad.

El DSM V (Diagnostic and Statistical of Mental Manual Disorders) cataloga a la depresión como un trastorno del estado de ánimo, que tiene como característica principal una alteración del humor.

Cuando el estado de ánimo de un individuo sufre sentimientos severos y prolongados de tristeza o síntomas que afectan a su capacidad para relacionarse con otros, cambios en la forma de pensar, trabajar o afrontar el día a día, la tristeza se convierte en patológica.

Este padecimiento puede presentarse por diversas razones: la muerte de un ser querido, problemas de pareja, pérdida del trabajo, enfermedad, problemas de empleo, problemas familiares, soledad, entre otros factores.

Se ha encontrado que en el cerebro de las personas deprimidas existe una reducción en los niveles de dopamina (neurotransmisor que regula diversas funciones como la conducta motora, la emotividad, afectividad, placer, toma de decisiones, regulación del aprendizaje y memoria). Caída de la noradrenalina (hormonas relacionadas a la felicidad, libido, apetito). Caída de la serotonina (inhibición de la ira, en la agresión, en el humor, en el sueño, sexualidad y apetito). Encogimiento del hipocampo (memoria a largo plazo y espacial). Presencia de cinco (o más) de los siguientes síntomas durante un período de 2 semanas, que representa un cambio respecto a la actividad previa.

 

Síntomas:

  • Estado anímico triste.
  • Pérdida de interés por la vida.
  • Pérdida/aumento importante de peso.
  • Trastornos del sueño.
  • Lenificación o agitación motora.
  • Fatiga sensorial y física.
  • Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva.
  • Dificultad para pensar y concentrarse o indecisiones.
  • Pensamientos recurrentes de muerte, ideas suicidas.
  • Inhibición del deseo sexual, clausura en relaciones interpersonales.

 

Prevención:

  • Realizar ejercicio físico.
  • Organizar las responsabilidades
  • Expresar las emociones
  • Tener una sana alimentación
  • Vida social activa y practicar hobbies.
  • Ponerse metas realistas.
  • Cuidar el nivel de estrés.
  • Dormir lo necesario.
  • Consumo adecuado de alcohol y evitar drogas que conlleven a una adicción.

 

Tratamiento:

  • El ambiente que rodea a una persona que sufre depresión es fundamental para lograr su rehabilitación.
  • El tratamiento para la depresión leve, es suficiente con realizar ciertas modificaciones en la vida diaria y acudir a terapia para conocerse mejor y modificar esquemas mentales.
  • Para la depresión moderada o grave, es necesaria la combinación entre terapia psicológica y atención por un médico especialista en psiquiatría.