¡Gracias Psicóloga Elizabeth Calderón por el apoyo con este artículo y por su trayectoria en Hospital Multimédica Norte, estamos orgullosos de contar con usted!

 

La salud mental

La OMS determina salud mental como el estado de bienestar donde el individuo es capaz de reconocer sus propias capacidades, habilidades, puede afrontar tensiones normales de la vida diaria.

Puede trabajar de forma proactiva, fructífera y es capaz de aportar en su comunidad. La salud mental se determina por factores psicológicos, biológicos y sociales; así como por la personalidad de una persona.

 

Datos  

– El 75% de los suicidios tienen lugar en países de ingresos bajos y medios.

– Las guerras y los desastres naturales generan gran impacto en la salud mental y en el bienestar psicosocial de las personas.

– Uno de cada cinco niños padece algún problema de salud mental

 

¿Cómo cuidar la salud mental?

  1. Mantener relaciones personales saludables.
  2. Evitar el aislamiento social, pasear al aire libre
  3. Estructurar y organizar horarios de sueño y alimentos
  4. Realizar actividad física de su preferencia
  5. Tener tiempo de practicar un pasatiempo
  6. Conocer y comunicar nuestras emociones
  7. Mantener organizadas nuestras rutinas de la vida diaria
  8. Buscar ayuda cuando la necesitemos

 

¿Cuándo debemos acudir a terapia?

Hoy en día el ir a terapia sigue siendo algo “exclusivo” o una opción donde muchas personas dejan su salud mental como ultima preocupación a pesar de ser necesario. Sin embargo, a continuación, mencionare opciones por la cual nos beneficia el ir a terapia.

  • Si no encuentras sentido o te sientes insatisfecho con tu vida.
  • Sentir que no funcionas como realmente te gustaría sentirte en algunas de las áreas de tu vida (nivel personal, familiar, laboral y/o social).
  • Cuando sentimos aburrimiento o vacío constante y nada te motiva lo suficiente.
  • Si tienes miedos o pensamientos negativos que no te permiten disfrutar y sentir tranquilidad.
  • Preocupaciones excesivas la mayor parte del día.
  • Falta de control sobre algunas de las cosas que haces durante el día (beber alcohol, consumir drogas, jugar videojuegos o juegos de azar, uso de las nuevas tecnologías, etc.)
  • Dificultad por conocer y/o controlar las emociones.
  • Si tienes un estado de ánimo bajo la mayor parte del día.
  • Cuando tus relaciones presentan conflictos frecuentemente.
  • Cuando presentas dificultades para dormir.

 

Si te identificas con algunas de estas descripciones es momento de que pienses en acudir a terapia. Te ayudará a conocer cosas que no sabías de ti mismo, crear hábitos que mejoran tu calidad de vida, tomar el control de tu vida, mejorar tus relaciones sociales y poner en práctica las diversas alternativas para solucionar un problema con eficacia.

 

“Hay una historia detrás de cada persona.

Hay una razón de por qué son lo que son.

No es tan solo porque ellos lo quieren.

Algo en el pasado los ha hecho así y algunas veces es imposible cambiarlos”

– Sigmund Freud.